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recuerda que el sueño no olvida.
pelo raíces, para sacarles algo de provecho,
aunque estas no paren de inundar cada uno de mis poros, cada vez enroscando más
y más fuerte.
trata de esnifar tarareos plásticos, porque claro,
ellos olvidaron escuchar, o fue que solo dormían entre mis paredes.
se oye el chasquido final, con 3 silencios, 1
para ti, otro para él, y el último por si hablar pasa de moda.
sigo viendo la misma idea no constante que se clavó
desde un principio en mis espirales.
el primer llamado comienza, me dicen que la
única manera de alejarme de Saturno es olvidando que los anillos encierran.
segundo llamado, me dicen que la única manera
para cortarse las uñas es parpadeando, o sentarse, para ver lo pequeño que
eres, aunque sigas creciendo.
el tercer llamado comienza y dicen que la única
manera de seguir o hacer más largo el suspiro, es comiendo mi propia silueta.
si de alguna manera, rompo los 3 atardeceres
las nubes llamaran escupiendo el lecho de los que lamen la tierra, desesperados
por saborear algunas piedras que se les
haya quedado entre los dientes, lastimosamente lo idóneo se queda como rabia en
el ojo.
se siente áspero hablar, si charlamos del 3,
pero no encuentro que bien haría bailar con un 5 o un 4.
y se sigue desmoronando. “PUF”
al parecer me hice uno con el papel ajado.
***
IMÁN
//Un canto amarillo sobre una pampa sufrida/ escuchando como cristales se
pudren en sus mentes/ tentando a la suerte con sueños rebobinados/ mientras
tanto yo sigo rezándole a lo que hace temblar nuestros pies por un cambio// Un
cambio para que dejen la bandera del puñal que les otorga carne para
atragantarse/ al parecer les encanta ahogarse en finales// Y componer
pensamientos hasta lograr una cacofonía//
***
NEGOCIO OPRESOR E.S.
Costuras otoñales que cuelgan a
través del pensar de un Ibis, comienzan a caer sobre esbeltas montañas, cuando
el querer repercute en tinta de mano, el camino termina en la cruz de alguien
más.
Cruz de
clavel.
Cruz de
fe.
Cruz de mierda.
Cruz de
hallarle una pequeña esperanza a la envoltura de la pobre imaginación llorando
por cadenas, porque es de lo vive.
Y uno sigue preguntándose si
seguir creyendo en el verano es más saludable que hacer una carretera solo de
vuelta.
La ida
esta algo llena, por pulgares cabizbajos.
Pero uno puede volver figura lo
que quiere, aunque siga siendo costra
Sebastian Vega (Basti) tiene 16 años. Es musico, le gusta pasar tiempo con sus dos axolotes mascota, ver Rick and Morty, sueña con ir a Berckley y terminar de escribir su libro.
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